viernes, 12 de diciembre de 2014

HE VENIDO PARA VER (Luis Cernuda)



He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.

He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.

He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.

He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.

Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;

Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.

Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.

Buenas noches, mi Granada ¡¡























Fotografía:  Albayzín desde la torre de los Picos

martes, 9 de diciembre de 2014

“Soledad” (Rainer María Rilke)




La soledad es como la lluvia,
que sube del mar y avanza hacia la noche.
De llanuras lejanas y perdidas
sube hasta el cielo, que siempre la recoge.
Y sólo desde el cielo cae en la ciudad.

Es como una lluvia en horas indecisas
cuando todas las sendas apuntan hacia el día
y cuando los cuerpos, que no encontraron nada,
se apartan unos de otros, defraudados y tristes;
y cuando los seres que mutuamente se odian
deben dormir juntos en una misma cama.

Entonces la soledad se marcha con los ríos…


Buenas noches, mi Granada ¡¡




















Fotografía: Tormenta sobre el Albayzín.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Inercia (Tobías Campos Fernández)


Qué difícil alojarse
en el aire real,
en la palabra colmando
su cuerpo de sentido.

Sólo estamos
en el listado de los días,
en la ecuación anónima
del mantel y los cubiertos.

Sólo somos la inercia
de algo que alguien lanza,
el dictado, la secuencia sin excepción,
las hélices sin fin del pentagrama.

Qué difícil
asistir al paraíso
de las manos llenas
de todo cuanto cruza
el cielo de su tacto.

Buenas noches, mi Granada ¡¡



















Fotografía: Parque Natural Sierra de Baza