lunes, 20 de octubre de 2014

Rima LXV (Gustavo Adolfo Bécquer)



Llegó la noche y no encontré un asilo,
¡y tuve sed...!, mis lágrimas bebí;
¡y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos
cerré para morir!

¡Estaba en un desierto! Aunque a mi oído
de las turbas llegaba el ronco hervir,
yo era huérfano y pobre... ¡El mundo estaba
desierto... para mí!


Buenas noches, mi Granada ¡¡¡












Fotografía: Gorafe (Granada)

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