El trigo limpio a la sazón cortado.
Dame tu mano, amor, corza en olvido.
Vida y dulzura en el silencio erguido
por ausencias de mar enajenado.
¿En qué playa de cielo abandonado,
toda cántico y mar restablecido,
con ternura de azándar has sentido,
violado el cielo y con razón violado?
Aroma de temblor mi terca frente
tu limpio abril en el espacio abierto.
Sólo un esfuerzo y su misterio cierto
me ordenará en el ruego, dulcemente,
remeros de la sombra en la corriente
ciñen su lago en el candor del puerto.
Buenas noches, mi Granada ¡¡
Fotografía: Jardines del Partal
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