La soledad voy buscando,
y yo no puedo encontrarla:
en mi soledad más grande
siempre el dolor me acompaña.
Con la risa de mis labios
voy ocultando mis penas;
porque he visto que en el mundo
nadie al que sufre se acerca.
Mi nombre escribí en la arena,
y lo borraron las olas:
¿serán de arena las almas
donde el cariño se borra?
Voy andando, voy andando,
y atrás los ojos volviendo;
que no he de volver a hallarme
lo que en el camino dejo.
Dicen que la vida es sueño,
y todos quieren soñar:
sueño yo cosas tan tristes,
que quisiera despertar.
Mis pensamientos son nubes,
y mi corazón es hielo;
mis penas son tempestades,
por que es mi vida el invierno.
Yo no quisiera cantar,
y llorar tampoco quiero,
y el que no canta ni llora
es que vive como muerto.
¡Aquí escribió juramentos
y promesas escribió!
¡Lo que conserva un papel
se borra de un corazón!
Por no perder la costumbre
voy a escribir una copla;
que una copla es la compaña
del alma que vive sola.
En el mar de la esperanza
eché la red del cariño,
y la saqué cargadita
de desengaños y olvido.
Ya no cantaré más coplas,
si no las quieres oír;
que es razón que mis penitas
queden sólo para mí.
Buenas noches, mi Granada ¡¡¡
Fotografía: paso desde la entrada de la Sala de las Camas (Alhambra de Granada)
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