sábado, 22 de junio de 2013


















EL HOSPICIO
(Antonio Machado)


Es el hospicio, el viejo hospicio provinciano,
el caserón ruinoso de ennegrecidas tejas
en donde los vencejos anidan en verano
y graznan en las noches de invierno las cornejas.
Con su frontón al Norte, entre los dos torreones
de antigua fortaleza, el sórdido edificio
de agrietados muros y sucios paredones
es un rincón de sombra eterna. ¡El viejo hospicio!

Mientras el sol de enero su débil luz envía,
su triste luz velada sobre los campos yermos,
a un ventanuco asoman, al declinar el día,
algunos rostros pálidos, atónitos y enfermos,
a contemplar los montes azules de la sierra;
o, de los cielos blancos, como sobre una fosa,
caer la blanca nieve sobre la fría tierra,
sobre la tierra fría la nieve silenciosa...

Buenas noches, mi Granada ¡¡

viernes, 21 de junio de 2013

















POR TU SILENCIO AZUL
(Elena Martín Vivaldi)


Tú, luna, si me hablaras,
si debajo de tu corazón frío
tuvieras, libre, un alma.

Si dentro de tu silencio azul
palpitaran palabras encendidas,
a mi vencida sangre despertando.

Si tus pasos dejaran una senda
y un marcado camino
para escapar al mundo de lo incierto.

Ay, luna, si llegaras,
luz de errante desvelo,
hasta mi casa.

Si abrieras los balcones de la noche,
y entre escalas de aromas
tus manos me tendieras.

Si olvidando tu ciega indiferencia,
llenaras a mis ojos de esos verdes
paisajes, donde tienes
escondido el secreto de tu llama.

Ay, luna, siempre luna,
por tu ventura inmóvil,
inútilmente luna de mi llanto.

¡Si tu me oyeras, luna!


Buenas noches, mi Granada ¡¡


















Rima XCIV
(Gustavo Adolfo Bécquer)

¡Quién fuera luna,
quién fuera brisa,
quién fuera sol!

..................

¡Quién del crepúsculo
fuera la hora,
quién el instante
de tu oración!

¡Quién fuera parte
de la plegaria
que solitaria
mandas a Dios!

¡Quién fuera luna
quién fuera brisa,
quién fuera sol! ...

Buenas noches, mi Granada ¡¡

miércoles, 19 de junio de 2013


















AL DESCUIDO DEL TIEMPO
(Alvaro García )

Una vez te perdiste detrás de la mañana.
Escápate a su sangre por las manos.
Que te encuentren al alba de la huida
con las manos moradas de crepúsculo
y perros que olfateen una medida blanca,
un juego con horario hasta el extremo razonable de la cal del muro.
No hay nada que perder, salvo la vida.
Sáltate el tiempo y sigue hasta el peligro:
es un veneno dulce de moras en la mano.

Volverá por la noche, entre la sangre,
una temeridad de zarzas lívidas
cuando todo el lugar era una búsqueda
y tú estabas perdido en la felicidad extensa y malva.
Ya sabes mucho de la nada, niño que te prometes no volver a escaparte.
Fuera del conocer, la cicatriz de la desobediencia.
También el tacto único de una palabra abstracta, libertad,
que una vez tuvo forma contra todos.
Tú eres lo que huyes.
Tú eres lo que huyes y todo lo que robas a tus años.
Después es la insolvencia de la tarde
una conversación acerca del vacío.
Al descuido del tiempo como un nublado rápido,
afuera hay más paisaje.
Y dentro está la madrugada áspera y el fuego tibio de la aceptación.
Todos querrían perderse por un campo de moras y no volver jamás.
Han perdido su edad y no la encuentran
en la brisa del riesgo que no corren.
Si dejas tú de coger moras,
la humanidad se mustia un poco sin saberlo.

(De Para lo que no existe, 1999)


Buenas noches, mi Granada ¡¡

martes, 18 de junio de 2013

















CASIDA DE LA ROSA (Casidas-DIVAN DEL TAMARIT)
(Federico García Lorca)

La rosa
no buscaba la aurora:
casi eterna en su ramo,
buscaba otra cosa.

La rosa,
no buscaba ni ciencia ni sombra:
confín de carne y sueño,
buscaba otra cosa.

La rosa,
no buscaba la rosa.
Inmóvil por el cielo
buscaba otra cosa.

Buenas noches, mi Granada ¡¡

lunes, 17 de junio de 2013







































CONDENA
(Antonio Gala Velasco )


A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,

porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

Buenas noches, mi Granada ¡¡

domingo, 16 de junio de 2013


















VEN, SIEMPRE VEN
(Vicente Aleixandre)


No te acerques. Tu frente, tu ardiente frente, tu encendida frente,
las huellas de unos besos,
ese resplandor que aun de día se siente si te acercas,
ese resplandor contagioso que me queda en las manos,
ese río luminoso en que hundo mis brazos,
en el que casi no me atrevo a beber, por temor después a ya una dura vida de lucero.
No quiero que vivas en mí como vive la luz,
con ese ya aislamiento de estrella que se une con su luz,
a quien el amor se niega a través del espacio
duro y azul que separa y no une,
donde cada lucero inaccesible
es una soledad que, gemebunda, envía su tristeza.

La soledad destella en el mundo sin amor.
La vida es una vívida corteza,
una rugosa piel inmóvil,
donde el hombre no puede encontrar su descanso,
por más que aplique su sueño contra un astro apagado.

Pero tú no te acerques. Tu frente destellante, carbón encendido que me arrebata a la propia conciencia,
duelo fulgúreo en que de pronto siento la tentación de morir,
de quemarme los labios con tu roce indeleble,
de sentir mi carne deshacerse contra tu diamante abrasador.

No te acerques, porque tu beso se prolonga como el choque imposible de las estrellas,
como el espacio que súbitamente se incendia,
éter propagador donde la destrucción de los mundos
es un único corazón que totalmente se abrasa.

Ven, ven, ven como el carbón extinto oscuro que encierra una muerte;
ven como la noche ciega que me acerca su rostro;
ven como los dos labios marcados por el rojo,
por esa línea larga que funde los metales.

Ven, ven, amor mío; ven, hermética frente, redondez casi rodante
que luces como una órbita que va a morir en mis brazos;
ven como dos ojos o dos profundas soledades,
dos imperiosas llamadas de una hondura que no conozco.

¡Ven, ven, muerte, amor; ven pronto, te destruyo;
ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo;
ven, que ruedas como liviana piedra,
confundida como una luna que me pide mis rayos!

Buenas noches, mi Granada ¡¡