miércoles, 25 de febrero de 2015

VIENTO EN EL BOSQUE (José María Hinojosa)

VIENTO EN EL BOSQUE
(José María Hinojosa )


A Joaquín Peinado



Luz de fondo de mar
es la luz de los bosques.

Siempre es un tronco más
el cuerpo de algún hombre.

Luz de fondo de mar
y arriba el temporal.

Arrugando la atmósfera,
olas de verde vienen,
olas de verde van.

Llevan una escafandra
de silencio y quietud,
los cuerpos de cristal.

Y arriba el temporal.
Olas de verde vienen.
Olas de verde van.


Buenas noches, mi Granada ¡¡




Fotografía: Ribera del río Genil

domingo, 22 de febrero de 2015

ASCENSIÓN HACIA EL REPOSO (Luis Rosales)




 Como es misericordia la locura y el espacio nos brinda la bienaventuranza,
como es la noche viva, la lluvia silenciosa que va del corazón del hombre hasta los ojos
en un encendiminto de sombra y hermosura.
Como sé que al morir terminará la muerte.
Como en el corazón se derrama la sangre con un rumor de lluvia que ilumina la niebla.
Como tengo fe de soñar que te amo,
mi carne será un día como un agua corriente
y mi cuerpo será de silencio amoroso, de cristal dolorido cuando tú lo iluminas.

Como en la inclinación morena de tus ojos el silencio vencido se convierte en aroma.
Como tengo una voz que se cubre de yerba donde vuelan las alondras y palabras y lágrimas.
Y como en tu cabello despierta la agonía,
y la paciencia intacta naufragará en la sangre
porque existe la muerte,
porque la sombra clara se convierte en misterio y la quietud del mundo colma la transparencia,
porqué el último olvido morirá con el hombre,
y tu boca de llanto y amapolas violentas,
y tus brazos de cal y niebla reclinada,
y tus manos delgadas como álamos de espuma,
y mi voz,
y mis ojos,
todo será divino al perder la memoria.

Como insiste el dolor, pero no se termina y es la lenta ascensión de la sangre al reposo.
Como es la primavera al donaire porque llevas el alma derramada en el paso.
Como es la caridad para mirar tu cuerpo y es la noche tranquila tu encendida alabanza.
Como tú eres el único sufrimiento posible y la angustia de cal que me quema los ojos,
con humildad,
buscando la palabra precisa,
yo te ofrezco la sombra, la paciencia del mundo donde olvido la espera,
donde olvido esta inmóvil angustia de ser junco y sentir en las plantas los impulsos del río,
donde puedo creer,
donde puedo creer, porque marchamos juntos igual que dos hermanos perdidos en la nieve.

Buenas noches, mi Granada ¡¡¡

Fotografía: Monasterio de la Cartuja