viernes, 20 de septiembre de 2013

EN LA FUENTECILLA DE LOS PATIOS (Simón Hernández Aguado)





















EN LA FUENTECILLA DE LOS PATIOS
(Simón Hernández Aguado)

En la fuentecilla de los patios,
los gorriones están jugando
duerme el sol su borrachera
bajo la sombra de un naranjo.

En las cuerdas de los balcones,
canta una copla María Dolores,
en su cante, con la primavera,
pintan las amapolas corazones.

Entre las florecillas asoma,
una estampa cubierta de redes,
los abuelos de los pescadores
remiendan la brisa con sus alfileres.

Sobre la mar saltan los peces,
con su falda de gitana el agua
zarandea el sombrero a la nieve,
pescan dos niños bulerías sobre su vientre.

Dos ángeles heridos de bala
por las calles van y vienen,
las viudas con el hilo de la sangre,
lagrimas por las cañadas tejen.

En la despedida de la tarde,
despierta temprano a Don Diego,
el adormecido frescor del aire,
el aliento del rifle, de luto viste el azabache.

A las ocho de la tarde, en los balcones,
saetas canta María Dolores,
gemidos de muerte vienen,
en procesión desde el horizonte.

Don Diego, justo y mujeriego,
has manchado de sangre dorada
el pico de los jilgueros, dibujando
en las paredes caudales de ríos negros.

A las ocho de la tarde,
viste el sol su propia sangre,
un ramo de beleños blancos traía
por pañuelo el llanto de su madre.

En la fuentecilla de los patios,
con un lienzo de estrellas,
los ecos rocieros pintan
a la luna peineta y tacones.

En la fuentecilla de los patios,
los grillos visten fajín de gitano,
seis cuerdas doradas brillan,
sobre el sueño de los naranjos.

Buenas noches, mi Granada ¡¡

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