martes, 7 de enero de 2014

CAMPANADAS POR LA MAÑANA (Antonio Macias Luna)

















CAMPANADAS POR LA MAÑANA
(Antonio Macias Luna)


Me llegan campanadas misteriosas,
se acercan a las puertas de mi alma.
Aldabonazos cadenciosos llaman
en la mañana con prudente apremio.
Me llegan campanadas de maitines.
Suena el silbido matinal de un tren;
aún así percibo los redobles
por encima del grito de las vías.

A pesar del silbato, las escucho;
me estremecen por dentro, me golpean
con el xilófono sutil del tiempo
sacudiendo badajos por martillos.

Me llegan los lamentos, los tañidos.
Yo les presto mis oídos como hombros;
así anuncian períodos largos, cortos,
interpretando música errabunda.

Tropiezan con el aire refrescante
y lo cruzan a duras penas dando
saltitos insistentes para huir
de centurias de cárcel en la torre.

Me guían en mis citas con las nubes,
en mis discursos con el viento fuera;
con mis ojos helándose en la escarcha
por encima del rostro de la sierra.

Cuando trotan los surcos por la tierra,
son compañeras del tractor en marcha;
cuando nos entregamos a los sueños,
son las guardianas de las horas lúgubres.

Las dejo desahogarse en un contar
tedioso al mediodía y medianoche
recomponiendo pura sinfonía,
obedeciendo una orden invisible.

Quieren que les franquee mi portón.
Rebotan en mis tímpanos atentos.
Más acá de la cara de los vidrios
se amortigua su escala de sonidos.

Cada mañana antes que el sol se alce,
cascabeles de cuna me desvelan.
Mi corazón les manda unas estrofas
para imitar el son de su tristeza.

© Antonio Macías Luna

Buenas noches, mi Granada ¡¡¡

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